A la espera de la proclamación de los resultados finales de la consulta popular, Ecuador se prepara para analizar cómo se reconfiguran las fuerzas políticas y su impacto en la gobernabilidad del Ejecutivo.
El viceministro de la política, Esteban Torres, señaló que a pesar de los anuncios de romper la alianza con el oficialismo, el Partido Social Cristiano (PSC) y el correísmo continúan apoyando en la Asamblea las posiciones del Ejecutivo.
Sin embargo, Torres admitió que la alianza legislativa ya no está en vigor y que estas coincidencias serán menos frecuentes, lo que dificultará al Ejecutivo la aprobación de leyes urgentes como lo hacía anteriormente.
El régimen tiene 12 meses para resolver el dilema de pasar leyes o enfrentarse a una oposición que será pragmática en año electoral.
Ante esta situación, se vislumbran tres posibles caminos para asegurar la gobernabilidad en Ecuador. Por un lado, se podría buscar el apoyo de la oposición para aprobar las propuestas del oficialismo, aunque esto podría generar desconfianza en la sociedad.
Una segunda opción implica la formación de mayorías cambiantes, lo cual significaría negociaciones políticas exhaustivas en cada votación, iniciando desde cero para cada ley.
La tercera estrategia, menos conocida públicamente, consiste en gobernar a través de decretos, acuerdos ministeriales y reglamentos complementarios a las leyes vigentes. Esta táctica se ha observado en el Ministerio de Trabajo, donde se ha implementado un acuerdo que permite regular jornadas laborales de menos de cuatro horas, tema que generó debate en la consulta popular.
Cualquiera de estas vías políticas debe ser utilizada para asegurar que Ecuador recupere la senda de la gobernabilidad y la prosperidad, guiada por la transparencia y la ética en las autoridades.