La institución correspondiente llevó a cabo la oficialización del cambio de nombre, instalando la primera placa identificativa.
En una tarde del mes de agosto, figuras representativas de la localidad colocaron el letrero junto a un reloj emblemático en el centro de la urbe.
El nuevo nombre reemplaza el anterior en un tramo específico, desde cierto punto importante hasta una calle reconocida.
La resolución fue tomada tiempo atrás mediante una votación en la que la mayoría estuvo a favor.
Expertos en el ámbito de la historia han expresado opiniones encontradas respecto a esta designación.
Esta propuesta fue sustentada por una unidad especializada en patrimonio cultural y respaldada por una figura relevante en el ámbito histórico.
La defensora de la propuesta argumentó que dicha denominación sería una forma de honrar un acontecimiento trascendental en la historia local.
Además de ‘República de Guayaquil’, también se consideraron otras opciones.
La decisión tomada no fue recibida de manera unánime entre otros integrantes de instituciones relevantes en la historia nacional.
Consideraron que este cambio no estaba fundamentado y podía tener repercusiones negativas.
Como resultado, los principales responsables de la propuesta enfrentaron las consecuencias de su decisión.