Diversos artistas han expresado su desaprobación sobre la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) para la creación musical, argumentando posibles impactos en la creatividad y originalidad del sector.
En el mundo de la música urbana, un caso similar involucra al artista Bad Bunny, quien también ha sido afectado por el uso no autorizado de su voz en producciones generadas por IA.
En otro evento reciente, la actriz Scarlett Johansson ha presentado una queja contra OpenAI por emplear una voz similar a la suya en el sistema "Sky" sin su consentimiento en la plataforma ChatGPT-4, tomando acciones legales al respecto.
La compañía OpenAI ha rechazado las acusaciones de Johansson, indicando que la voz empleada en "Sky" proviene de otra profesional, generando cuestionamientos sobre la ética en relación al uso de la voz y la imagen en la IA.
En un contexto de constante avance tecnológico, es esencial establecer pautas claras para salvaguardar los derechos individuales y evitar la manipulación de datos personales.
Scarlett Johansson ha solicitado una mayor claridad y legislación para proteger la integridad de las personas en la era de la IA, subrayando la relevancia de enfrentar los desafíos como los "deepfakes" y preservar la identidad personal. Este caso plantea una discusión crucial sobre la ética en la IA y su posible impacto futuro en la sociedad.