Eventos climáticos recientes han generado un aumento significativo en la erosión del río, poniendo en riesgo la operatividad de la hidroeléctrica más grande del país, según informes especializados.
Los reportes indican que el avance de la erosión fluvial ha impactado directamente en las instalaciones de la central, afectando su funcionamiento y generación de energía de manera crítica.
La infraestructura, clave para la producción de electricidad, se ubica en la fuente del río y su exposición a la erosión compromete su estabilidad operativa.
Desde hace algún tiempo, se ha observado un progresivo deterioro en la zona, generando preocupación entre los expertos respecto al futuro de la hidroeléctrica.
Se han implementado diversas medidas para detener el avance de la erosión, como la construcción de estructuras de contención. A pesar de estos esfuerzos, la situación sigue representando un desafío.
La ejecución de proyectos de mitigación ha enfrentado retrasos, lo que ha suscitado dudas sobre su eficacia para contrarrestar el impacto de la erosión en las instalaciones de la central.
Expertos locales y de renombre internacional colaboran para evaluar los riesgos y proponer soluciones ante el gradual deterioro fluvial. Sus evaluaciones indican posibles consecuencias en un futuro cercano, si no se toman medidas inmediatas y efectivas.