El inicio de la semana en curso marcará el inicio de una serie de operativos de control por exceso de velocidad llevados a cabo por la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) en las calles y avenidas de la capital ecuatoriana.
Áreas como la Simón Bolívar, Mariscal Sucre y Ruta Viva, así como las calles internas de Quito, han sido identificadas como puntos críticos de siniestralidad vial debido al exceso de velocidad.
Es crucial que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos para evitar ser sancionados y garantizar la seguridad en las vías.
El exceso de velocidad no solo implica riesgos para la integridad del conductor, sino que también puede acarrear multas y consecuencias legales de gravedad. De acuerdo con el Servicio de Pago de Accidentes de Tránsito, las consecuencias pueden incluir la pérdida de vidas, lesiones graves y daños materiales.
En zonas urbanas, como el centro de la ciudad, la velocidad máxima permitida para vehículos ligeros y motocicletas es de 50 km/h.
Superar ligeramente este límite, con velocidades entre 50 y 60 km/h, resultará en una multa equivalente al 30% de un salario básico unificado, aproximadamente $138 dólares.
El incumplimiento de estos límites está tipificado en el artículo 389, literal 6 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
En el caso de superar significativamente los límites de velocidad, es decir, sobrepasando los 60 km/h, el conductor podría enfrentar hasta tres días de prisión, una multa económica y la pérdida de puntos en su licencia de conducir.
En las áreas periféricas, la velocidad máxima para vehículos ligeros y motocicletas es de 90 km/h, pudiendo llegar hasta los 120 km/h en casos moderados.
En tramos rectos, la velocidad máxima permitida es de 100 km/h, siendo las velocidades superiores a 135 km/h objeto de multas y penalizaciones.
Es crucial destacar que vías como la Panamericana Norte, en las regiones de Imbabura y Carchi, han observado un incremento en los accidentes de tránsito debido al exceso de velocidad.