La logística para llevar a cabo un debate político en los Estados Unidos es compleja, especialmente cuando se trata de una confrontación crucial entre dos figuras tan relevantes como los candidatos mencionados.
Las instalaciones donde se desarrollará el evento han sido aseguradas por las autoridades, con medidas de protección que incluyen la restricción del tráfico en las inmediaciones.
La duración prevista del debate es de 90 minutos, con dos interrupciones para publicidades, y se llevará a cabo en las instalaciones de la cadena CNN en Atlanta, sin espectadores presentes.
Los participantes debatirán de pie en atriles separados, manteniendo una distancia de seguridad, y contarán con una pantalla como telón de fondo con la marca CNN.
Las preguntas serán formuladas por los moderadores Jake Tapper y Dana Bash, y se impondrá un límite de tiempo para las respuestas de los contendientes.
Una de las novedades será la introducción de un botón de silencio, destinado a regular los tiempos de intervención de cada participante y evitar interrupciones como las que se han dado en debates anteriores.
Durante los cortes comerciales, a los candidatos se les prohibirá cualquier tipo de comunicación con sus asesores, pudiendo solamente tomar notas en papel.
Cerca de un millar de periodistas internacionales estarán presentes en el evento, situados en un recinto deportivo adyacente donde podrán seguir el debate en pantallas gigantes.
En esta área, conocida como 'spin room', los asistentes de ambas campañas ofrecerán entrevistas y defenderán los puntos de vista de sus respectivos candidatos en calidad de posibles ganadores del debate.