El siguiente nivel de tecnología móvil, conocido como 6G, se perfila como un avance destacado que ofrecerá velocidades de datos asombrosas y una latencia casi imperceptible.
Este progreso no solo potenciará la conectividad a nivel global, sino que también posibilitará la creación de innovadoras aplicaciones en sectores como la salud, educación y entretenimiento.
El 6G promete velocidades de datos ultrarrápidas, menor tiempo de respuesta y soporte para un mayor número de dispositivos conectados.
También se esperan mejoras en la eficiencia energética de las redes y el desarrollo de aplicaciones críticas como la telemedicina de vanguardia y los vehículos autónomos.
El 6G propiciará la creación de aplicaciones revolucionarias como cirugías remotas de alta precisión, ciudades totalmente conectadas y transporte autónomo altamente seguro.
Según Manuel Sánchez Rubio, director asociado del Master de Ciberseguridad en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el 6G destacará por su amplia banda de frecuencia que permitirá alcanzar velocidades mucho mayores y tiempos de respuesta reducidos.
En el ámbito educativo, el 6G facilitará experiencias de aprendizaje inmersivas a través de realidad virtual y acceso continuo al contenido educativo.
En la industria, mejorará la automatización con comunicaciones ultraconfiables y seguridad en los procesos de producción.
Para el entretenimiento, se prevé una transmisión de contenido de alta calidad y juegos multijugador extremadamente rápidos.
Entre los desafíos técnicos se encuentran la gestión de frecuencias sumamente elevadas y la integración de inteligencia artificial y computación cuántica.
En relación a los desafíos normativos, se destaca la regulación del espectro de frecuencias y la protección de la privacidad de los usuarios.
La inteligencia artificial y el Internet de las Cosas jugarán un papel fundamental en el 6G, permitiendo la automatización inteligente de redes y dispositivos, así como la optimización del rendimiento en tiempo real.
El despliegue del 6G requerirá una infraestructura más densa y sofisticada, con antenas más pequeñas y ubicuas, además de cambios significativos en la arquitectura de la red y la seguridad cibernética.
Se anticipa que el impacto económico del 6G superará al del 5G, impulsando sectores como la salud y el transporte autónomo, generando empleo y fomentando la innovación.
La investigación y desarrollo del 6G se encuentran en sus fases iniciales, con previsiones de implementaciones comerciales para la década de 2030, sujeto a la disponibilidad de tecnologías clave y estándares internacionales.