La ciudad de São Paulo fue escenario de la Marcha por la Marihuana, en la que se congregaron numerosas personas. Esta convocatoria coincidió con la discusión en el ámbito político sobre las políticas relacionadas con las drogas ilegales.
Los participantes de la marcha se reunieron en la transitada Avenida Paulista para exigir un cambio en la consideración de la marihuana y una visión de futuro sin conflictos bélicos. Las consignas de los manifestantes abogaban por transformaciones en la normativa antidrogas.
Los organizadores de la protesta resaltaron que la prohibición de sustancias estupefacientes contribuye a la violencia policial dirigida hacia comunidades marginadas en el país. En esta ocasión, se solicitó la retirada de una enmienda constitucional que pretende sancionar la posesión de cualquier tipo de droga, incluyendo la marihuana, sin importar la cantidad en posesión.
De manera paralela, se está debatiendo en instancias judiciales la posibilidad de descriminalizar la tenencia mínima de cannabis, con el propósito de diferenciar entre traficantes y consumidores. Esta situación ha provocado tensiones entre los distintos poderes públicos, y la aprobación de esta medida por el Legislativo podría conllevar disputas legales en el futuro.
Adicionalmente, durante la manifestación, se expresaron críticas hacia otro proyecto legal que busca penalizar el aborto en etapas avanzadas del embarazo, generando un intenso debate en la sociedad brasileña.