Varios municipios del estado de São Paulo, Brasil, se ven afectados por incendios forestales debido a una prolongada sequía en la región.
Las autoridades han identificado focos de incendio en 23 municipios paulistas, lo que ha requerido una importante movilización de efectivos para combatir las llamas.
Se están implementando medidas preventivas, como el cierre de áreas de conservación y la limpieza de los bordes de las carreteras para evitar la propagación del fuego.
Un plan de asistencia económica se ha puesto en marcha para respaldar a los agricultores afectados, especialmente aquellos cuyos cultivos de caña de azúcar y café han sufrido graves daños.
Se sospecha que la mayoría de los incendios podrían haber sido provocados intencionalmente, y ya se han realizado detenciones relacionadas con estos incidentes.
En comparación con el año anterior, agosto registró un aumento considerable en el número de incendios en São Paulo, y la situación continúa crítica en septiembre.
Otros estados como Río de Janeiro y Minas Gerais también enfrentan desafíos con incendios forestales debido a condiciones climáticas adversas.
La Amazonía y el Pantanal están experimentando impactos significativos debido a la sequía, lo que está propiciando la propagación de incendios y poniendo en peligro la biodiversidad de la región.
El Pantanal, en particular, se encuentra en medio de una grave crisis de incendios que amenaza su ecosistema único compartido con Bolivia y Paraguay.