De conformidad con la información compartida en un evento académico celebrado en Quito, la preocupación, la tristeza, las autolesiones y el trastorno somatoforme son las dificultades emocionales más habituales en Ecuador, sumando el 42 % de las consultas realizadas.
El simposio 'Cuidando el bienestar', gestionado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), tiene como objetivo eliminar los prejuicios relacionados con el bienestar emocional y reforzar esta área mediante la educación, intervención y prevención.
La máxima responsable del IESS señaló que se llevaron a cabo 216,000 consultas de salud mental hasta ahora en 2024, con un 26 % de diagnósticos de preocupación.
Por otro lado, Rosalía Arteaga, presidenta de la UNIR en Ecuador, resaltó la importancia de los docentes en el equilibrio mental de los estudiantes y la necesidad de acudir a profesionales especializados cuando sea fundamental para evitar dificultades.
En el marco de la conferencia, se presentaron los resultados de la Primera Encuesta Distrital de Bienestar Mental de Quito, que indicaron que uno de cada cuatro habitantes de la capital ecuatoriana afronta desafíos en su salud emocional, con un 22,2 % considerando situaciones de alto riesgo.
La organización Vida Plena subrayó la importancia de prevenir las situaciones de alto riesgo, dado que es la tercera causa de muerte en América en individuos de 15 a 29 años. Expertos hicieron hincapié en la alarmante situación de la salud emocional en Ecuador, describiéndola como una "crisis de bienestar emocional" en la etapa pospandémica de la COVID-19.
También se mencionó la sobrecarga de los servicios de salud mental estatales en el país y la dificultad para proporcionar un acompañamiento adecuado a los pacientes, lo que conduce a tratar las crisis de modo reactivo.