El actual alcalde de Quito, Pabel Muñoz, se encuentra en medio de un proceso de revocación que podría tener un impacto relevante en el ámbito político de la ciudad en las próximas semanas.
En medio de acusaciones presentadas por Néstor Marroquín, se ha iniciado un proceso de revocación de mandato en contra de Pabel Muñoz, quien enfrenta señalamientos relacionados con su gestión como alcalde de Quito, incluyendo su participación en campañas políticas durante su periodo en el cargo y deficiencias en obras y gestión administrativa.
La Delegación del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Pichincha ha recibido la solicitud y Muñoz cuenta con un plazo de siete días para presentar su defensa. Posteriormente, el CNE tomará una determinación respecto a la procedencia de la revocación, lo cual podría generar cambios en la dirección municipal de Quito.
En caso de que la revocación sea efectiva, la normativa establece que el alcalde deberá cesar en sus funciones de manera inmediata, siendo reemplazado de forma temporal por el vicealcalde o un concejal designado. La salida de Muñoz podría abrir nuevas posibilidades políticas en la ciudad y modificar el panorama municipal actual.
En el escenario de la revocación, la destitución de Pabel Muñoz conllevaría a la asunción temporal de la vicealcaldesa. Esta situación podría generar inestabilidad política en el Concejo Metropolitano, impactando la gobernabilidad y la ejecución de proyectos fundamentales para la ciudad. Por otro lado, si Muñoz logra conservar su cargo, enfrentará el desafío de recuperar la confianza de la ciudadanía y demostrar una gestión eficaz para afrontar los retos de Quito.