La ministra de Trabajo, Ivonne Núñez, ha propuesto la derogación de cierta normativa en la Asamblea Nacional que incluye la eliminación de los contratos especiales emergentes, argumentando que estos podrían resultar en condiciones laborales precarias.
Este tipo de contrato, incluido entre las 41 formas de contratación laboral en Ecuador, permite establecer acuerdos por un período máximo de dos años en situaciones de emergencia o para nuevas inversiones. La jornada laboral puede variar entre 20 y 40 horas semanales, con un máximo de seis días por semana y no más de ocho horas diarias, asegurando una compensación adecuada y un período de descanso semanal de al menos veinticuatro horas consecutivas.
Entre enero y agosto de 2024, se celebraron más de 110,000 contratos emergentes en Ecuador, lo que representa un porcentaje considerable de las contrataciones en ese período. A pesar de la finalización de la emergencia sanitaria, esta modalidad de contrato continuó siendo utilizada en el país. Expertos laborales resaltan la necesidad de regular de forma más rigurosa el uso de estos contratos una vez superada la crisis pandémica.
Aproximadamente 79,000 contratos emergentes siguen siendo vigentes. En caso de ser eliminados, podrían convertirse automáticamente en contratos indefinidos, de acuerdo con la propuesta presentada. No obstante, la decisión final aún está pendiente de la Asamblea Nacional.
El debate en torno a la permanencia o supresión de los contratos laborales emergentes en Ecuador continúa, generando diversas opiniones en el ámbito laboral del país.