El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, respondió a las críticas recibidas por la compra de 23 vehículos destinados al Municipio y concejales.
En su comunicado radial habitual, Muñoz defendió la adquisición argumentando que la renovación de la flota vehicular buscaba disminuir los gastos de mantenimiento y satisfacer las necesidades del territorio.
Según el alcalde, la compra de los vehículos fue una inversión para el Municipio, negando que fuese exclusivamente para los funcionarios. Explicó que los costos de reparación de los vehículos antiguos representaban una carga económica significativa.
Durante su intervención, Muñoz destacó que la ciudad había gastado sumas considerables en la reparación de vehículos obsoletos, justificando la adquisición de nuevos automóviles como más rentable. También mencionó la vida útil de 26 vehículos desde que asumió la Alcaldía.
Por otra parte, el alcalde criticó la cobertura mediática recibida sobre la compra de vehículos, creyendo que se le dio excesiva importancia en comparación con otros temas relevantes para la ciudadanía como los incendios forestales.
Las críticas de la población se centraron en que el dinero invertido en los vehículos podría haberse destinado a necesidades más urgentes de la ciudad, como el estado de las vías, fugas de agua sin reparar y el deterioro del transporte público.
La inversión de 479 600 dólares en los vehículos, tras un proceso de subasta inversa, fue detallada por la Dirección Administrativa del Municipio de Quito, defendiendo la necesidad de reemplazar vehículos con más de 12 años de antigüedad.
Los nuevos vehículos, tipo SUV, tienen características específicas como un motor de 2.8 litros, transmisión automática, láminas de seguridad, detección de peatones y sensor de lluvia.