“Ahora podremos disfrutar de momentos especiales en casa”. Con estas palabras, el campeón olímpico de los 20 kilómetros marcha, Daniel Pintado, expresó su emoción al recibir las llaves de su nuevo hogar.
La entrega se realizó el miércoles 21 de agosto de 2024, en el sector de Ricaurte, al norte de Cuenca. La vivienda de tres plantas fue entregada completamente amueblada.
Este logro fue posible gracias al apoyo del Gobierno nacional y la construcción estuvo a cargo de la empresa Ejeproy.
La casa cuenta con tres habitaciones para Pintado y sus hijos Nicolás y Monserrat. El deportista mencionó: “Solo debo llevar la ropa y algunos detalles personales”.
“Hoy deseo descansar aquí y despertar mañana para confirmar que esto es real”, expresó con entusiasmo Pintado.
El atleta se había preparado para la prueba de los 20 kilómetros marcha en París, sin imaginar todo lo que vendría después. “Estoy muy emocionado por todo lo que está sucediendo desde que terminó la competencia”, añadió.
“A mis hijos Nico y Monse quiero decirles que esta es nuestra casa. Tal vez con Karen, no estamos en el mejor momento de nuestra relación, pero esto también es para ella porque estuvo presente en el proceso y me brindó apoyo cuando no teníamos nada”, afirmó el deportista.
Pintado agradeció a Dios por hacer realidad sus sueños y permitir que sus padres fueran testigos de este logro.
También expresó su gratitud hacia sus hermanos, quienes participaron en este proceso, así como a su equipo técnico compuesto por Andrés Chocho, Carlos Bele y Claudio Villanueva, por contribuir a su meta de obtener la medalla olímpica.
En la ceremonia de entrega de la casa, Pintado dirigió unas palabras a los jóvenes presentes.
“Trabajen con determinación, sean constantes, confíen en Dios. Busquen un equipo de apoyo que los impulse y les ayude a crecer. Sueñen en grande, porque los sueños pueden hacerse realidad”, resaltó el deportista cuencano de 29 años.
Pintado recordó las palabras alentadoras de su madre, Eulalia Álvarez, quien siempre le decía que estaba destinado a grandes cosas y que lo veía como un campeón con su propia casa. “Al principio pensé que era solo un deseo de un niño y su madre, pero todo cambió después de París”, confesó emocionado.