La presencia de dispositivos móviles, redes sociales e Internet se ha hecho cada vez más frecuente en el ámbito educativo. A pesar de los posibles riesgos que pueden surgir, estableciendo lineamientos de prevención adecuados, estas herramientas pueden convertirse en valiosos aliados para fortalecer el aprendizaje colaborativo y los procesos mentales en las instituciones educativas. Esta transición hacia un modelo que combina técnicas presenciales con virtuales está revolucionando la manera en la que se imparte y se absorbe conocimiento.
La competencia digital se torna un pilar fundamental en esta nueva dinámica educativa. Es esencial para crear e implementar políticas educativas que fomenten el uso responsable de la tecnología desde las primeras etapas de formación. El papel del educador ha evolucionado hacia el de guía en el proceso de aprendizaje, apoyado en recursos tecnológicos que enriquecen la vivencia educativa.
En el Ecuador, se observa una carencia en la integración pedagógica de tecnologías en las aulas, dada la ausencia de propuestas coherentes por parte del Ministerio de Educación y de programas de capacitación para los profesores. Adquirir aptitudes digitales va más allá de simplemente conocer herramientas tecnológicas; requiere la implementación de métodos innovadores que fomenten habilidades técnicas y la eficaz gestión de información en entornos virtuales.
Es vital integrar las tecnologías en todos los niveles del sistema educativo, con un enfoque que incentive acciones beneficiosas en el manejo de recursos tecnológicos por parte de estudiantes, docentes y familias. Establecer normas de conducta y promover habilidades sociales y éticas son ejes cruciales para una armoniosa convivencia digital en los centros educativos.
La influencia de las pantallas en los jóvenes es innegable, por lo tanto, es imperativo implementar estrategias que aprovechen su potencial educativo y mitiguen los posibles riesgos asociados. La ciber convivencia, propuesta por expertos como José María Avilés, sugiere un enfoque integral para equilibrar los beneficios y riesgos de las plataformas sociales en el ámbito educativo.
En conclusión, el reto actual consiste en incorporar la tecnología de forma responsable en la educación, promoviendo un uso equilibrado que impulse el aprendizaje y fomente una convivencia digital saludable en las escuelas.