La Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito (Epmmq) se encuentra ante el desafío de asegurar la sostenibilidad financiera y operativa del Metro. Para lograrlo, es esencial incrementar la demanda mediante una integración efectiva del transporte convencional en el sistema, creando así un único sistema integrado de transporte público.
En junio de 2024, el promedio de viajes diarios en el Metro de Quito fue de 148,000, mientras que en enero la cifra alcanzó los 128,000. Estos números se encuentran lejos de la meta establecida por gestiones anteriores de 400,000 viajes al día, evidenciando la necesidad de integrar de forma eficaz los autobuses convencionales.
El exgerente de la Epmmq, Victor Hugo Villacrés, señaló que la capacidad actual de los trenes alcanza los 300,000 viajes diarios, resaltando la importancia de una integración eficaz para mejorar la movilidad en la ciudad.
La integración del sistema de transporte no solo representa desafíos para la Epmmq, sino también para la Secretaría de Movilidad, encargada de la reestructuración de rutas, frecuencias y del sistema único de recaudo. La meta es ofrecer a la ciudadanía un esquema de movilidad unificado y llegar a zonas actualmente desatendidas en términos de transporte.
Según el Municipio de Quito, al menos 100 barrios carecen de un servicio de transporte adecuado, a pesar de contar con 258 rutas, 3,095 autobuses convencionales y 200 municipales en funcionamiento.
La reorganización de rutas y el sistema de recaudo, anunciados para junio, son aspectos fundamentales para mejorar la eficiencia del sistema. No obstante, la escasez de avances concretos ha generado críticas, como las expresadas por Cristobal Buendía del Observatorio de Movilidad de Quito.
El equilibrio financiero y técnico del Metro de Quito sigue siendo tema de debate entre concejales y expertos. La necesidad de una reorganización eficaz, junto con posibles compensaciones para los operadores afectados, se presenta como una solución esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Los desafíos operativos, como el mantenimiento de los trenes y la falta de aire acondicionado, también están en la agenda. Se están buscando alternativas para mejorar la ventilación y se está planteando una negociación con la empresa proveedora para mantener los precios y garantizar la continuidad del servicio.
La seguridad del Metro también ha sido motivo de cuestionamiento tras un acto vandálico. A pesar de la existencia de protocolos, han surgido dudas sobre la eficacia de los sistemas de vigilancia y comunicación en situaciones de emergencia.