Una investigación realizada en áreas consideradas de alto riesgo en Ecuador revela que menores son reclutados por Grupos de Delincuencia Organizada debido a diversos factores, incluyendo la falta de presencia estatal y la extrema pobreza.
El análisis titulado "Análisis de situaciones particulares en cantones de ‘alto riesgo’ en Ecuador: un estudio en terreno", señala que la carencia de servicios básicos y la inseguridad contribuyen al involucramiento de menores en actividades ilícitas.
Recientemente, se reportó el fallecimiento de Ángel Menéndez, conocido como ‘Cara Sucia’, a la edad de 13 años en Chone, convirtiéndose en uno de los sicarios más temidos en Manabí.
El estudio, desarrollado a lo largo de seis meses, resalta que la pobreza y la violencia en regiones críticas como Los Ríos, Guayas, Esmeraldas y Manabí son determinantes en el reclutamiento de menores por parte de los GDO.
Expertos, como Katherine Herrera Aguilar, señalan que a pesar de la falta de protección estatal de los derechos de los menores, son los propios organismos oficiales los primeros en criminalizarlos.
Según información de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), en el año 2023 se registraron 248 asesinatos de menores de hasta 19 años. Estos números han ido en aumento en años recientes, con Guayaquil y Durán como los cantones más afectados.
Además, la Unicef reportó un total de 770 homicidios de niños y adolescentes durante el mismo periodo.
Los menores reclutados por los GDO reciben beneficios económicos por sus acciones delictivas, incluyendo vivienda y alimentación. Estos jóvenes son capacitados en el uso de armas y prácticas violentas, siendo adoctrinados para considerar al Estado como su enemigo.
La ausencia estatal en estas áreas vulnerables ha impulsado la expansión de la delincuencia organizada, impactando no solo la seguridad de los menores involucrados, sino también generando más violencia en la sociedad en su conjunto.
Desde las antiguas bandas criminales como Queseros y Choneros, hasta los grupos más recientes como Los Cornejos, la delincuencia organizada ha ido evolucionando en Ecuador, reclutando a menores y perpetuando un ciclo de violencia y criminalidad.