Edmundo García, reconocido líder político, partió de Venezuela el 7 de septiembre tras recibir asilo en España. La confirmación de su salida fue realizada por autoridades venezolanas en un acto de cooperación entre el país europeo y el gobierno anterior en Venezuela.
La gestión de su salida estuvo a cargo del expresidente español José Rodríguez Zapatero, con el respaldo de figuras políticas relevantes. Su protección fue buscada tras refugiarse en la embajada de España en Caracas ante posibles represalias gubernamentales.
La intervención diplomática resultó fundamental para garantizar un traslado seguro a Madrid, generando interrogantes sobre el futuro de la oposición en el extranjero y marcando un cambio en la relación entre ambos países.
Este acontecimiento se da en un contexto político complejo en Venezuela, que refleja la presión internacional sobre el gobierno local y la lucha de la oposición por un cambio democrático en el territorio.