Que está ‘vieja’. Que debería retirarse de los escenarios. Que es una figura tóxica para la actual generación. Todo eso y más dicen de Madonna, de la ‘Reina del Pop‘, la misma mujer que el pasado 5 de mayo de 2024 dio una lección de tolerancia y rebeldía en la playa carioca de Copacabana.
La ‘Reina del Pop’, intérprete de temas como Like a Virgin, Vogue, Holiday, Like a prayer y La isla bonita, convirtió la playa de Copacabana de Río de Janeiro (Brasil) en la mayor discoteca del mundo. Lo hizo con un histórico espectáculo al que acudió 1,5 millones de personas, aproximadamente.
Esa cifra convirtió al show de Copacabana en el más multitudinario de una carrera que suma 40 años. Para cerrar con broche de oro sus cuatro décadas de encanto sobre los escenarios, precisamente, llegó a tierras brasileñas; aterrizó con su ‘Celebration Tour’.
Madonna hizo lo que pocos: reinventarse; es una mujer camaleónica. Además: “contados son los artistas que logran mantener vigente una canción creada hace 30 años”, dice Andrés Delgado, docente de Sonwriting de la Escuela de Música de la UDLA. La isla bonita cumplió 37 años y personas de diferentes generaciones la siguen coreando.
Pocos son también los talentos que rompen estereotipos y que van contra el sistema. Madonna es una de ellas: en el video de la canción Like a prayer quemó crucifijos, como una crítica a la iglesia y sociedad estadounidense. Después, se besó con Britney Spears (2003).
Por su primer acto de rebeldía fue enjuiciada por la iglesia y los sectores más conservadores. Pepsi le canceló un contrato; nada de eso frenó a la ‘Reina del Pop’.
Pero hay más, Madonna se convirtió en un ícono gay y de empoderamiento femenino. Hay expertos que sugieren que ella sirvió para abrir el debate y romper con los tabúes de la homosexualidad.
Finalmente, el pasado 5 de mayo se colocó muy bien su corona para callar a quienes la discriminan por su edad; tiene 65 años. Fue su último acto de rebeldía.
La icónica estrella del pop no decepcionó a sus seguidores durante su reciente presentación en Brasil, donde encadenó sus mayores éxitos en una carrera que abarca cuatro décadas.
Ante un público mayoritariamente femenino y perteneciente al colectivo LGTBI, Madonna cautivó con su energía y presencia en el escenario.
Durante el espectáculo, que se llevó a cabo en una enorme plataforma montada en una famosa playa brasileña, la diva interactuó con sus admiradores, recorriendo tres pasarelas y saludando a los asistentes, incluso con aquellos que disfrutaban del concierto desde embarcaciones en el mar.
Con múltiples cambios de vestuario, incluyendo un traje con los colores de la bandera brasileña, Madonna demostró su compromiso con el país. Además, sorprendió al invitar a niños percusionistas de una escuela de samba para acompañarla en una de sus canciones, donde también compartió escenario con la popular cantante y drag queen Pabllo Vittar.