En junio del 2024, las intensas precipitaciones en Ecuador han acelerado el avance de la erosión en el río Coca, generando preocupación por su proximidad a la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
El fenómeno erosivo ha mostrado un incremento notable en los últimos días, desplazándose significativamente debido a eventos climáticos inusuales.
El caudal del río Coca ha alcanzado niveles preocupantes, siendo uno de los más altos registrados en años recientes en el punto crítico de erosión. Los expertos señalan que esta situación suele presentarse en la temporada de lluvias en la zona amazónica.
La erosión ha avanzado rápidamente en dirección a la captación de agua de la central, representando una amenaza para su estabilidad. La velocidad actual del proceso erosivo plantea desafíos para su operación.
Antecedentes revelan que la erosión comenzó en 2020, desapareciendo la cascada San Rafael y provocando daños en su trayectoria. La central hidroeléctrica, vital para el suministro eléctrico nacional, se encuentra en riesgo de sufrir graves consecuencias si la erosión continúa su avance.
Con una capacidad importante y construida por una empresa reconocida, la infraestructura se mantiene como pilar energético del país, siendo esencial prevenir interrupciones que impacten en la estabilidad.