Decisiones tomadas en reunión de la OMS implica extender por un año adicional la discusión sobre un acuerdo que permita preparar al mundo ante futuras pandemias, debido a la falta de consenso en la última cumbre.
La organización mundial de la salud celebró una histórica reforma de las Regulaciones Internacionales de Salud (IHR en inglés), vitales en la coordinación entre países durante crisis sanitarias a nivel global.
A pesar de dos años de deliberaciones, no se ha logrado avanzar en la redacción final del tratado. Persisten divergencias en aspectos como la distribución equitativa de vacunas, tratamientos y diagnósticos en situaciones de pandemia.
"La necesidad de concluir el Acuerdo sobre Pandemias en un año refleja la determinación de los países y la urgencia del asunto, pues la pregunta no es si habrá, sino cuándo surgirá una pandemia en el futuro", señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
La extensión del mandato del Órgano Intergubernamental de Negociaciones permitirá avanzar en la redacción del tratado propuesto, con miras a su firma durante la asamblea ordinaria Nº78 de la OMS en 2025 o en una sesión extraordinaria antes de finales de este año o a principios del próximo.
Se incluirá una definición más precisa para declarar una "pandemia" en las Regulaciones Internacionales de Salud, con compromisos de solidaridad y equidad en el acceso a productos médicos y apoyo financiero en emergencias de salud. También se establecerán roles en los sistemas de salud nacionales para coordinar la implementación de estas regulaciones.
"Las modificaciones mejorarán la capacidad de los países para detectar y responder a futuros brotes y pandemias, fortaleciendo así sus propias capacidades y su coordinación con otros estados en vigilancia de enfermedades, intercambio de información y respuestas".
Tanto las enmiendas en las IHR como las negociaciones para el tratado de pandemias buscan prevenir fallos de coordinación y respuesta experimentados durante la pandemia de covid-19, así como situaciones pasadas como el Ébola, el Zika o la viruela símica.