En la actualidad, la enseñanza se enfoca en el aprendizaje como una prioridad. Esto implica que los educadores utilizan diversas herramientas digitales para potenciar la comprensión de los conocimientos, lo que permite a los alumnos adquirir nuevas habilidades y fomentar su creatividad e innovación.
La educación digital ha llegado para revolucionar la forma en que se transmite el conocimiento, integrando la taxonomía de Bloom adaptada al entorno digital, fundamentos de neurociencias aplicados a la enseñanza y tecnologías de la información y comunicación.
En este proceso, se resaltan seis elementos clave basados en la taxonomía de Bloom digital: recordar, interpretar, aplicar, analizar, evaluar y crear, cada uno con actividades digitales específicas asociadas.
Este primer elemento implica la recuperación y reconocimiento de información previa, utilizando acciones como identificar, describir, listar, entre otras, para fortalecer la retención de la información a través de medios digitales.
La interpretación va más allá de recordar, exigiendo la capacidad de explicar conceptos y establecer conexiones significativas. Es esencial para un aprendizaje profundo y la aplicación de los conocimientos en la vida cotidiana.
En esta etapa se busca poner en práctica conceptos específicos, generando productos tangibles. La manera de aplicar varía según la materia e puede implicar desde la lógica hasta la creación de tecnología concreta.
El análisis y la síntesis permiten desglosar conceptos y materiales para entender su estructura y funcionamiento. Esto requiere habilidades de razonamiento lógico a través de la comparación, inferencia y organización de datos.
Evaluar es fundamental en el proceso educativo, incluyendo la valoración del progreso y el logro de objetivos a través de métodos como la evaluación por pares, entre otros. Implica revisar, evaluar y poner a prueba los conocimientos adquiridos.
La creatividad es esencial en el proceso educativo, fomentando la innovación y el pensamiento original. A través de acciones como diseñar, construir y planificar, los alumnos pueden desarrollar nuevas ideas y aplicaciones disruptivas.
Las herramientas digitales son recursos para facilitar el aprendizaje, no son el fin en sí mismas. Es crucial que los educadores desempeñen un rol activo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, promoviendo la colaboración y la curiosidad en un entorno donde la experimentación juega un papel crucial.
El docente actual debe ir más allá de la transmisión de conocimientos para fomentar la autonomía y la capacidad de aprendizaje independiente en los alumnos. La taxonomía de Bloom digital representa un avance en esta transformación educativa, proporcionando a los educadores las herramientas necesarias para afrontar los desafíos del siglo XXI.