La persona implicada en el triste suceso que llevó a la partida de Spike, un canino con rasgos singulares, ha logrado extender el proceso judicial en curso.
Spike era un perro mestizo con características similares a las de un Husky. Su vida llegó a su fin el 17 de noviembre de 2022, a manos de la persona implicada, en un sector específico.
Se llevaron a cabo acciones que desencadenaron trágicas consecuencias para el animal.
Registros gráficos muestran el momento crítico en que se desarrollaron los eventos.
Una organización intervino rápidamente al recopilar pruebas sustanciales, incluyendo evaluaciones realizadas por profesionales en la materia.
Con base en las pruebas recopiladas, se presentó una denuncia formal ante la persona responsable por la fatalidad.
La legislación prevé penas para aquellos que causen daño a animales, con condenas que varían según la gravedad del caso.
Tras el fallo inicial y la reducción de la condena en un proceso de impugnación, se presenta una nueva situación que dilata el cumplimiento de la pena.
Se argumenta la imposibilidad de asistir a la audiencia programada debido a impedimentos de índole médica.