La ciudad se enfrenta a una preocupante situación con varios días seguidos de escasas precipitaciones, siendo esta la tercera ocasión en la que se presenta este desafío en el último tiempo.
Desde inicios de un año pasado, la urbe ha experimentado períodos prolongados de falta de lluvias, lo cual ha tenido consecuencias directas en el caudal de los ríos cercanos.
En los meses recientes, se han registrado precipitaciones por debajo de las esperadas, lo que ha impactado particularmente en el caudal del principal río de la zona.
Expertos mencionan que esta situación ha generado una reducción significativa en los caudales de los cuerpos de agua, afectando la disponibilidad del recurso hídrico en la región.
Uno de los ríos más afectados es el principal de la región, el cual ha visto una disminución notable en su caudal. Esto podría estar ocurriendo también en otras cuencas cercanas, como la de los ríos cercanos.
A pesar de la situación, otro río mantiene una estabilidad en su caudal gracias a regulaciones realizadas en presas cercanas.
Las proyecciones apuntan a que la falta de precipitaciones continuará hasta cierta fecha, con posibles cambios en el último trimestre del año.
Ante esta situación crítica, se está tomando la medida de destinar el caudal del río principal exclusivamente para ser potabilizado y abastecer a los habitantes de la ciudad.
Se destaca que el caudal actual ronda los 900 litros por segundo, con la planta de potabilización captando una cantidad importante, lo que podría garantizar el suministro en caso de un empeoramiento de la sequía.
Existe una jerarquía de usos establecida por las autoridades ambientales, priorizando el consumo humano por encima de otros usos como la agricultura, generación energética e industrial.
En zonas periféricas, ya se comienzan a observar restricciones en el suministro durante la noche debido a dificultades en las instalaciones locales para hacer frente a la demanda existente.