Kamala Harris está dinamizando su campaña presidencial con grandes mítines y generosas donaciones, mientras que Donald Trump busca atraer a los votantes indecisos en estados clave.
Recientemente, Harris recibió una cálida acogida en San Francisco, donde reunió 12 millones de dólares en un evento. La vicepresidenta instó a sus seguidores a movilizarse y concentrarse en las próximas elecciones.
Tras concluir una extensa gira por estados determinantes junto al gobernador de Minesota, Tim Walz, Harris obtuvo el respaldo del comité político de LULAC, marcando un hito en su campaña.
Por otro lado, Joe Biden manifestó su respaldo a la postulación de Harris y tiene planeado llevar a cabo eventos de campaña en estados estratégicos, como Pensilvania, con el objetivo de asegurar la victoria sobre Trump.
Mientras Harris y Walz refuerzan su presencia en varios estados, Donald Trump interrumpe sus mítines y propone tres debates con Harris en diferentes cadenas de televisión. Al mismo tiempo, J.D. Vance se muestra preparado para debatir con Walz en Ohio.
Trump hace hincapié nuevamente en la inmigración y critica la gestión fronteriza de Harris, mientras que Vance aboga por la deportación masiva de indocumentados como solución al problema migratorio.