Las autoridades iraníes han negado categóricamente cualquier plan para atentar contra la vida de Donald Trump, desmintiendo así las acusaciones previas. Esta postura ha sido respaldada por informantes de inteligencia de EE. UU.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Nasser Kananí, declaró: "Rechazamos de manera contundente cualquier implicación en el reciente ataque armado contra Trump o las supuestas conspiraciones para llevar a cabo acciones similares. Estas acusaciones tienen claras motivaciones políticas malintencionadas".
Además, Kananí anunció que Irán emprenderá acciones legales contra Trump por estar directamente involucrado en la muerte del general Qasem Soleimani en Bagdad, perpetrada a través de un dron. Soleimani era el líder de la fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní.
La Misión de Irán ante la ONU ya había desestimado anteriormente las acusaciones, calificándolas de infundadas y tendenciosas.
Por otro lado, la Casa Blanca emitió una advertencia sobre posibles amenazas detectadas por los servicios de inteligencia iraníes semanas atrás, tomando precauciones adicionales para garantizar la seguridad de Trump.
Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, indicó que Irán ha venido realizando amenazas a funcionarios estadounidenses desde hace años en represalia por acciones pasadas.
Irán ha reafirmado en diversas ocasiones su intención de vengar la muerte de Soleimani, llegando incluso a mencionar la posibilidad de buscar represalias contra Trump. Estas declaraciones se suman al clima de tensión existente entre ambas naciones desde los eventos del año 2020.