El país registró un total de 413 protestas durante el mes de agosto, destacándose aquellas enfocadas en la defensa de derechos civiles y políticos, así como las relacionadas con problemas como deficiencias en los servicios públicos y bajos ingresos económicos.
Las movilizaciones se intensificaron en fechas específicas, solicitando transparencia electoral y el reconocimiento de un candidato como ganador legítimo de las elecciones presidenciales. La respuesta por parte de las autoridades se caracterizó por una presencia policial y militar robusta, incluyendo la participación de civiles armados.
Se identificaron 115 manifestaciones en diversas regiones, con participación tanto de trabajadores del sector público como de seguidores del partido oficialista, quienes demandaban el reconocimiento de un proceso electoral controvertido a nivel global.
Por otro lado, al menos 22 protestas organizadas por un determinado grupo político fueron enfrentadas con represión en varios estados del país. Organizaciones no gubernamentales resaltaron la persecución hacia líderes de la oposición, manifestantes y defensores de derechos humanos, generando un clima de inseguridad y censura en Venezuela.