Representantes de diferentes países de América Latina y el Caribe se han reunido en Brasilia para conversar sobre la implementación de un plan futuro que mejore la protección de migrantes, refugiados y personas sin nacionalidad. Este encuentro se enmarca en el proceso Cartagena+40.
La reunión, liderada por Chile, busca establecer un programa a nivel regional para la próxima década que incluya medidas concretas para proteger a migrantes y refugiados, especialmente aquellos desplazados a causa del cambio climático. La participación de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en este proceso es crucial para fortalecer el Plan de Acción regional presentado en 2014 en conmemoración de la Declaración de Cartagena sobre Refugiados.
Según Juan Carlos Murillo de Acnur, la región se enfrenta a movimientos migratorios sin precedentes, con millones de personas desplazadas. Desde la crisis de los venezolanos hasta los desplazamientos motivados por la violencia en naciones como Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, la situación humanitaria es sumamente grave.
El proceso Cartagena+40 busca implementar medidas que garanticen los derechos de migrantes y refugiados, impulsando la colaboración internacional como respuesta solidaria. Asimismo, se abordará el desafío de las personas desplazadas por motivos climáticos, ante la creciente incidencia de fenómenos extremos que provocan desplazamientos forzados en la región.
Un informe del Banco Mundial estima que los desplazados por el cambio climático en América Latina podrían superar los 17,1 millones en la próxima década. Esto pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas y adaptar estrategias para proteger a quienes se ven afectados por desastres naturales y fenómenos climáticos.
El proceso Cartagena+40 continuará su curso en Colombia, con la presentación del Plan de Acción para la próxima década prevista en Chile, durante una reunión ministerial programada para diciembre.
La problemática de los desplazamientos ocasionados por el cambio climático está en ascenso en América Latina, con eventos extremos que desencadenan una crisis humanitaria. Resulta crucial adoptar nuevas medidas para proteger a quienes se desplazan por motivos climáticos y promover la colaboración internacional frente a este desafío global.