En septiembre de 2024, los estudiantes de diferentes regiones volverán a las clases, lo que traerá consigo cambios significativos en la movilidad y seguridad de la ciudad.
Expertos han identificado diversos desafíos que enfrenta la urbe en términos de mejorar el flujo vehicular y reducir la percepción de riesgos.
Con el retorno a las aulas, se prevé un incremento en la cantidad de vehículos en las calles, lo cual provocará congestionamientos durante las horas punta.
Según datos del Municipio de Quito, el 70% de la población se desplaza en medios de transporte público, mientras que el 30% restante opta por vehículos privados.
La aplicación de una velocidad máxima de 50 km/h complicará aún más la circulación de automóviles en la zona urbana.
Ante el plan para el regreso a clases, la Secretaría de Movilidad de Quito aún no ha dado declaraciones al respecto, aunque la Agencia Metropolitana de Tránsito se encuentra trabajando en un plan para dicho periodo.
Eventos recientes de violencia en la urbe han encendido las alarmas sobre la inseguridad en la zona, lo que ha generado un aumento en los operativos militares en distintos sectores.
El director de la Escuela de Riesgos de la UIDE ha resaltado la importancia de implementar acciones de resguardo para los estudiantes y educarlos en casa para prevenir actos delictivos.
Es esencial establecer "Vías seguras" en los alrededores de los centros educativos, equipados con cámaras de vigilancia y procedimientos de emergencia, a fin de elevar la protección de los estudiantes.