La capital sureña ha estado lidiando con las consecuencias de las precipitaciones desde hace un mes, con labores de limpieza intensivas para recuperar la normalidad en las calles.
Los niveles del río han aumentado significativamente en la región, aunque aún se encuentran por debajo de marcas históricas de inundación.
Las autoridades locales han organizado operativos de recolección de desechos dejados por los residentes tras el retiro del agua en las zonas afectadas.
Personal municipal y maquinaria especializada trabajan arduamente a lo largo de los distintos barrios para llevar a cabo estas tareas esenciales.
Las fuertes lluvias en el sur de Brasil han tenido un impacto trágico, con pérdidas materiales significativas y desplazamientos masivos de población.