En el transcurso del proceso del caso Independencia Judicial, Wilman Terán llega a la audiencia con una petición inesperada: un habeas corpus oral. Su argumento se basa en haber sido afectado por substancias lanzadas por militares mientras se encontraba en La Roca.
Después de varios intentos por reprogramar la audiencia, finalmente se procede con la evaluación y preparatoria de juicio. Fue en ese momento cuando Terán irrumpió la sesión, confrontando al juez Julio Inga con sus reclamos.
De acuerdo con Terán, luego de los acontecimientos del 18 de julio en La Roca, donde experimentó malestares como vómitos, desmayos y dificultades para respirar debido a los gases lacrimógenos, decidió tomar medidas solicitando la intervención de La Roca, las Fuerzas Armadas, la Policía y el Procurador.
Aparte, Terán menciona que no ha recibido el tratamiento médico adecuado para las secuelas del incidente y demanda la declaración de otros reclusos que presenciaron lo acontecido.
En un momento álgido de la audiencia, Terán se levanta de su asiento para señalar el supuesto acoso policial dirigido hacia su hija, quien se encontraba presente en la sala, creando un ambiente de tensión palpable en el recinto.