En el año 1999, la ceremonia matrimonial de Victoria y David Beckham se convirtió en un evento inolvidable que tuvo lugar en un castillo irlandés del siglo XV, decorado con el tema de Robin Hood.
Este enlace nupcial se distinguió por su ostentosidad y originalidad, sobre todo por la tarta de bodas diseñada por Damien Hirst y los atuendos color morado que lucieron los contrayentes.
A pesar de la recordada ceremonia, tanto Victoria como David han manifestado haberse arrepentido de la selección de sus atuendos, siendo David quien comparó su sombrero morado con el de la película "Tonto y más tonto".
En una entrevista, Victoria confesó que en aquel momento les pareció una decisión acertada, pero con el paso del tiempo comprendieron su falta de criterio en términos de moda.
Para conmemorar sus veinticinco años juntos, la pareja optó por vestir nuevamente los trajes morados originales y posar frente a los tronos, compartiendo las fotos en Instagram y tomando por sorpresa a sus seguidores.
Los seguidores de los Beckham en las redes sociales elogiaron el gesto de la pareja, resaltando la emblemática imagen y su amor perdurable.