Personas y organizaciones, como la industria financiera, de transporte aéreo, medios de comunicación y el ámbito sanitario, se están recuperando de un incidente tecnológico importante. Este suceso fue provocado por un fallo en un sistema operativo ampliamente utilizado, derivado de una actualización de software.
El inconveniente tuvo origen en una actualización de software de una empresa externa, lo que ocasionó un problema en el sistema operativo dominante y dio lugar al conocido "error grave".
Un directivo de la empresa proveedora de la actualización mencionó la trascendencia global de la caída, catalogándola como el mayor incidente de este tipo a nivel mundial.
El ejecutivo aclaró que no se trató de una amenaza de seguridad ni un ataque informático, sino de un inconveniente puntual que ya ha sido solventado.
El problema causado por este fallo repercutió en el transporte aéreo, generando dificultades en el registro de viajeros y provocando la alteración de un gran número de vuelos en diversas regiones, especialmente en un país en particular.
En otros continentes se vivieron situaciones similares, con aeropuertos implementando medidas de emergencia para paliar el impacto en los desplazamientos. Algunas áreas geográficas apenas se vieron afectadas, mientras que en otras se reportaron contratiempos con los sistemas informáticos.
La operatividad de los sistemas informáticos en aeropuertos de ciudades como Sídney y Melbourne, Australia, ha sido restablecida por completo.