Con seis décadas de historia, este renombrado club de fútbol ha dejado una huella imborrable en la comunidad futbolística. Reconocido por su legado de campeonatos y su enfoque en talento local, ha marcado un antes y un después en la escena deportiva ecuatoriana.
A pesar de los desafíos recientes, el club mantiene viva la llama de la competencia y la gloria. Si bien su último título en 2006 sigue siendo un hito inolvidable, el camino hacia nuevas victorias está lleno de promesas y oportunidades para brillar una vez más en la élite del fútbol nacional.
El año 2006 quedó grabado en la memoria de todos los aficionados al fútbol. Con una actuación estelar bajo la dirección de un estratega excepcional, el equipo logró alzarse con la victoria en una emocionante jornada. Jugadores emblemáticos como Ordóñez, Benítez y Vera brillaron en cada encuentro, demostrando su valía y compromiso con los colores de la institución.
La gesta de 2006 no solo se reflejó en el campo de juego, sino también en la cohesión y camaradería que caracterizaban al equipo. La unión de talentos y la pasión por el fútbol se tradujeron en un título merecido y en un legado que perdura en la memoria de los seguidores del club.
Recordar a aquellos ídolos que forjaron la grandeza del club es un acto de gratitud y respeto. Nombres como Ibarra, Guagua, Lara y Quiroz resonarán por siempre en los corazones de los aficionados. Su entrega en cada partido y su compromiso con la excelencia dejaron una marca imborrable en la historia del fútbol ecuatoriano.