El circo proporciona una salida para jóvenes colombianos que buscan transformar sus vidas a través de acrobacias, malabares y contorsiones. En el Centro Juan Bosco Obrero de Bogotá, encuentran la oportunidad de formarse en actividades como cocina, contabilidad y arte circense.
A las faldas de las montañas de Ciudad Bolívar, en Bogotá, se levanta una gran carpa de circo donde se escuchan risas, música y el trabajo constante que busca generar cambios en una comunidad vulnerable.
Duvan Rojas Ojedo, un joven que enfrentó problemas de adicción y delincuencia, encontró en el circo una nueva oportunidad. Después de pasar por centros de reclusión, decidió cambiar su vida y empezó a trabajar como malabarista en semáforos de la ciudad.
El Centro Juan Bosco Obrero brinda educación accesible a más de 600 jóvenes diariamente, muchos de ellos provenientes de zonas afectadas por conflictos o migraciones. El rector, padre Luis Fernando Velandia, destaca la accesibilidad de la educación ofrecida, con costos mensuales entre ocho y diez euros para programas de 10 meses de duración.