El veinte de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una iniciativa internacional que busca concientizar sobre la importancia de estos polinizadores.
En esta ocasión, se enfatiza en la colaboración de los jóvenes en la apicultura y la conservación, reconociendo su relevancia en este campo.
Las abejas, como agentes polinizadores, se enfrentan a diversas amenazas como los pesticidas y los cambios climáticos. Su labor es esencial para la polinización y la diversidad biológica, siendo un factor fundamental en la producción alimentaria a nivel global.
Esta jornada conmemorativa tiene como objetivo proteger a las abejas y otros polinizadores vitales para abordar los problemas alimentarios y combatir el hambre en países en desarrollo.
La campaña de este año busca sensibilizar sobre la importancia vital de los polinizadores en la agricultura y la biodiversidad, subrayando la urgencia de proteger a estos seres vivos.
Ante la amenaza de extinción derivada de diversas acciones humanas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueven medidas globales para la conservación y el aprovechamiento sostenible de los polinizadores, ofreciendo asistencia técnica en áreas relacionadas con la apicultura.
La reducción de las poblaciones de abejas supone una amenaza para la polinización, vital para la mayoría de las especies vegetales y los cultivos a nivel mundial, según datos de National Geographic. Este descenso tiene un impacto significativo en la seguridad alimentaria y la biodiversidad, ya que las abejas son clave en la creación de entornos adecuados para otras especies.
Además, la desaparición de las abejas representa una pérdida económica considerable, considerando los servicios de polinización valorados en miles de millones de dólares anualmente. Es indispensable adoptar prácticas responsables en el uso de pesticidas y conservar los hábitats naturales para hacer frente a esta situación crítica.
Las abejas, seres fascinantes con una estructura social compleja y habilidades sorprendentes, desempeñan un papel fundamental en la polinización y la biodiversidad.
Estos insectos se comunican a través de feromonas y elaboradas danzas, como la del ocho para indicar la ubicación de la fuente de alimento. Además, su capacidad para razonar y calcular se destaca en la construcción de colmenas perfectas.