Recientemente, se ha emitido una orden ejecutiva que modificará significativamente el proceso de asilo en la frontera sur, como parte de las medidas adoptadas por cierto líder político.
Esta medida permitirá la deportación inmediata de aquellos individuos que no cumplan con los requisitos establecidos, una vez sobrepasado cierto límite de detenciones diarias en el límite fronterizo. La aplicación de esta normativa ya está en marcha debido al incremento en las detenciones del último mes.
Las regulaciones sobre asilo se flexibilizarán nuevamente cuando la cantidad de detenciones disminuya, pero se implementarán criterios más estrictos para ser elegible una vez se supere el umbral establecido.
Los migrantes que arriben a la zona fronteriza después de superar el límite de detenciones establecido deberán satisfacer criterios más rigurosos para acceder al asilo, demostrando un riesgo real de tortura o persecución en su país de origen.
En los casos en los que no puedan calificar, se enfrentarán a un proceso de deportación inmediata, con las medidas variando según su nacionalidad. Algunas nacionalidades serán repatriadas directamente a México, mientras que para otros se coordinarán vuelos de deportación.
Se han contemplado excepciones para ciertos grupos vulnerables, como los menores no acompañados y las víctimas de trata de personas, además de continuar con el procesamiento de solicitudes de asilo de aquellos que hayan realizado la correspondiente cita a través de una plataforma digital oficial.
El líder político defendió su iniciativa migratoria como contraposición a políticas previas de deportación generalizada, reafirmando su compromiso de colaborar estrechamente con México en calidad de "socios iguales".
Asimismo, se subrayó la continuación de la cooperación con la nación vecina y se marcó una clara distancia de las acciones de administraciones anteriores en relación con las políticas migratorias.