La comunidad de Montaña Alta se vio impactada por un evento natural que dejó un trágico saldo de 11 fallecidos y una persona desaparecida.
Los equipos de respuesta de emergencia actuaron de manera inmediata siguiendo los protocolos establecidos para abordar la situación.
Expertos en gestión de riesgos como Ana López y Juan Martínez explican la operatividad de estos protocolos en circunstancias como las vividas en Montaña Alta.
En primera instancia, se activa la participación de la Policía Nacional, los Bomberos y especialistas en rescate locales. Posteriormente, se incorpora personal de apoyo de otras zonas según la gravedad del incidente.
Se inicia con labores de búsqueda superficial empleando técnicas de escucha y comunicación para detectar posibles supervivientes entre los restos.
En situaciones más complejas, se utilizan equipos especializados y recursos como perros entrenados para la tarea de rescate. También se pueden emplear equipos tecnológicos para identificar personas atrapadas bajo escombros.
En caso de agotarse estas alternativas, se recurre a maquinaria pesada para la remoción de escombros. Asimismo, se realizan sobrevuelos con helicópteros y drones para identificar a personas atrapadas en zonas de difícil acceso, siempre considerando las condiciones climáticas.
López y Martínez coinciden en que no existe un plazo determinado para las operaciones de rescate, aunque su eficiencia disminuye con el transcurso del tiempo. Destacan la importancia del esfuerzo continuo del personal local en la búsqueda de personas desaparecidas.
En eventos como deslizamientos de tierra, la disponibilidad de oxígeno es fundamental para las posibilidades de sobrevivencia. Martínez resalta la responsabilidad del Estado en asegurar la búsqueda, identificación y rescate de todas las víctimas en estos trágicos sucesos naturales.