Estados Unidos, junto con México y Canadá, será la sede de este Mundial. Con 78 partidos programados en su territorio, se enfrentarán a desafíos importantes tras la experiencia en la Copa América 2024, que requieren atención especial.
Tras críticas recibidas durante el campeonato continental, la organización del Mundial 2026 se convierte en una prioridad para el país anfitrión, buscando superar obstáculos y garantizar el éxito del torneo.
La Copa América 2024, realizada en Estados Unidos, fue objeto de críticas por diversos fallos en la organización. Entre ellos, la calidad deficiente de los campos de juego fue uno de los principales problemas destacados.
Las quejas sobre las condiciones del césped afectaron el desempeño de los futbolistas y la experiencia de los partidos. Asimismo, las dimensiones inadecuadas de algunos estadios generaron descontento entre los equipos participantes.
La gestión de la seguridad en el estadio y el comportamiento de los aficionados presentaron desafíos durante el torneo. Incidentes graves durante el partido entre Uruguay y Colombia evidenciaron la necesidad de mejorar los controles de seguridad y la convivencia en los eventos deportivos.
Uno de los momentos más críticos se vivió en la final de la Copa América 2024 entre Argentina y Colombia, donde la capacidad del estadio se vio desbordada.
El inicio del partido sufrió un retraso considerable debido a deficiencias en los controles de ingreso, con intentos de acceso sin boleto y problemas de organización que limitaron la entrada de espectadores con entradas válidas.
Estas situaciones generaron malestar y críticas hacia la organización del evento deportivo.
Con miras al Mundial 2026, Estados Unidos está llamado a implementar mejoras significativas. La calidad del césped y las instalaciones deben cumplir con estándares internacionales, garantizando un entorno óptimo para los encuentros.
Es esencial fortalecer la seguridad y la gestión de los aficionados para prevenir incidentes futuros y salvaguardar a todos los asistentes. Asimismo, la planificación del aforo debe ser rigurosa para evitar problemas de acceso como los experimentados en la Copa América 2024.
El Mundial 2026 representa una oportunidad única para que Estados Unidos demuestre su capacidad organizativa en el escenario deportivo de mayor relevancia a nivel global.