La administración local ha dado inicio al proceso de cierre y restauración de la infraestructura El Troje, situada al sur de Quito. Con una extensión territorial considerable, una parte de la misma está siendo repoblada con una variedad de especies vegetales nativas como aliso, romerillo, ceibo y palo santo. Estas tareas se están desarrollando con el fin de integrar El Troje en el paisaje natural circundante para disfrute de la población.
Se espera que, antes de su clausura definitiva a finales de 2025, este lugar haya recibido aproximadamente 1,047,403 metros cúbicos de residuos. Como parte de las labores ambientales, se han sembrado 4,000 árboles en El Troje, con la meta de restaurar el entorno afectado y mitigar el impacto ecológico.
Andrés Vélez, concejal del ayuntamiento de Quito, resaltó el valor de esta iniciativa de cierre y restauración como un paso significativo hacia la preservación del entorno natural, convirtiendo a El Troje en un espacio verde esencial para la ciudad. La propuesta cuenta con la aprobación ambiental emitida por la entidad competente, el Ministerio del Ambiente y Transición Ecológica.
El proyecto El Troje IV se puso en marcha a principios de 2015 y, además de esta área de manejo de desechos, Quito cuenta con otras instalaciones para el tratamiento de residuos sólidos y transferencia autorizadas. La Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos es la institución municipal a cargo de la gestión de desechos en la zona urbana.