Recientemente, el conflicto militar en la región de Gaza ha tenido consecuencias devastadoras en términos de empleo. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la oficina de estadísticas palestina, la tasa de desempleo ha alcanzado un nivel crítico, llegando al 79,1%.
Esta crisis también impacta a Cisjordania, donde el desempleo se sitúa en un 32%, lo que eleva el promedio entre ambos territorios a un alarmante 50,8%. Estas cifras no contemplan a aquellos que han abandonado la búsqueda activa de trabajo.
Además, el PIB ha registrado una caída drástica del 83,5% en Gaza y del 22,7% en Cisjordania en un lapso de ocho meses, con un declive promedio del 32,8%. La directora regional de la OIT, Ruba Jaradat, ha resaltado la urgencia de abordar la situación humanitaria, haciendo hincapié en la importancia de reconstruir las fuentes de ingreso y crear empleos dignos para la población afectada.
Las proyecciones económicas posteriores al conflicto indican un aumento en la tasa de desempleo, alcanzando el 47,1%, y una disminución del 16,1% en el PIB, lo que representaría una reducción del 18% en la renta per cápita, cifras sin precedentes en las últimas dos décadas.