País Plurinacional de Bolivia expresó su gratitud a la nación cafetera por unirse a su petición de reconsiderar la clasificación de una planta natural en un convenio internacional, con el objetivo de resaltar sus virtudes naturales y su ausencia de potencial adictivo.
En junio de 2023, Bolivia comenzó una campaña para concienciar sobre la relevancia de la planta natural y busca su reubicación fuera de una lista internacional que contempla sustancias reguladas por considerarse peligrosas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó al vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, en noviembre del año previo, sobre el inicio de la valoración de la clasificación de la planta a cargo de un panel de especialistas internacionales.
La Vicepresidencia de Bolivia emitió un comunicado el pasado domingo en el que destaca la disposición de Colombia de apoyar la solicitud boliviana ante la OMS y su panel de especialistas en farmacodependencia.
Por otro lado, Colombia comunicó su respaldo a la solicitud el 29 de mayo al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Esta colaboración es crucial para avanzar en el análisis de la situación de la planta en la Lista de la Convención, reconociendo su valor terapéutico y alimenticio para la humanidad. Se enfatiza que la planta no engendra adicción ni afecta al organismo, según señala el país andino.
La utilización de la planta natural en Bolivia es habitual, ya sea masticada, en infusiones o con el "acullico", ofreciendo beneficios como mitigar molestias y síntomas de la altitud. Bolivia es uno de los principales productores de esta planta a nivel mundial.
En 2011, Bolivia se retiró de la Convención de 1961, reintegrándose en enero de 2013 con una reserva que permite el consumo tradicional de la planta en el territorio. La Constitución boliviana de 2009 reconoce sus aplicaciones tradicionales y curativas.
A pesar de que parte de la producción de la planta se destina al tráfico ilícito para la manufactura de sustancias estupefacientes, los cultivos legales en Bolivia disminuyeron un 2% en 2022, pasando de 30,500 a 29,900 hectáreas. Desde 2017, se ha ampliado la extensión de los cultivos lícitos de la planta de 12,000 a 22,000 hectáreas.