Un país asiático está en proceso de selección de un nuevo Gobierno tras la renuncia de su líder, quien abandonó el territorio ante la presión de rebeldes internos. Son semanas de agitación, con un trágico saldo de víctimas mortales que supera las 400 personas desde que se iniciaron las demostraciones populares.
La dimisión de la líder fue anunciada por el comandante en jefe de las fuerzas armadas, quien ha promovido la creación de un Gobierno provisional para sustituir a la renunciante, que estuvo en el poder desde hace más de una década, enfrentando denuncias por su actuar contra la oposición y acusaciones de fraude electoral.
Los jóvenes líderes que encabezaron las protestas han sugerido como potencial líder del nuevo Gobierno al ganador del Premio Nobel de la Paz, una figura influyente en el ámbito financiero. A pesar de haber sido objeto de represalias por parte de la antigua mandataria, este personaje es reconocido por su labor de apoyo a personas desfavorecidas a través de préstamos de pequeña escala.
La situación actual en el país sigue siendo inestable, no obstante, el Ejército ha levantado las restricciones de movilización y algunas instituciones educativas han reanudado sus actividades. Las imágenes captadas en las calles del país muestran una atmósfera de aparente tranquilidad, con negocios funcionando y tránsito fluido, aunque también se evidencian los estragos de la violencia en edificaciones dañadas.
Las protestas alcanzaron su punto álgido el lunes con la invasión masiva de la residencia oficial de la líder y actos vandálicos en edificios del partido gobernante. La exmandataria, hija del fundador del país, emprendió la huida a bordo de un helicóptero militar y llegó a las afueras de una ciudad de la India, según fuentes oficiales.