Las autoridades en Estados Unidos han indicado que aquellos que deseen solicitar protección en el país deben hacerlo una vez estén dentro del territorio, lo que representa un desafío para aquellos que crucen la frontera de manera no autorizada. Estas nuevas regulaciones tienen como finalidad acelerar los procesos de deportación y restringir el acceso a solicitudes de protección.
Se han introducido ajustes en el proceso de solicitud de protección que incluyen la reducción del tiempo para recibir asesoramiento legal, así como la evaluación de solicitudes de refugio. Además, se requiere que los individuos demuestren un mayor grado de peligro para poder acceder a las protecciones contempladas por los tratados internacionales.
Menores no acompañados, víctimas de trata, personas con emergencias médicas graves o en riesgo inminente para su vida están eximidas de estas nuevas medidas y podrán solicitar protección en Estados Unidos. Esta excepción se produce en un contexto donde las autoridades buscan acelerar los procesos de deportación y reducir la cantidad de solicitantes de protección en el país.
Expertos señalan que la capacidad de Estados Unidos para procesar rápidamente las solicitudes de protección y manejar la llegada de individuos a la frontera es limitada, a pesar de los convenios vigentes con México para la repatriación de ciertos grupos de personas mensualmente.