El desarrollo de nuevas alternativas para que adultos mayores participen en actividades en pro de su bienestar es relevante en Ecuador. La Universidad Senior se posiciona como una opción significativa en este contexto.
El aumento en la esperanza de vida ha generado la necesidad de brindar servicios y oportunidades adecuadas a la población de la tercera edad. Según la OMS, se espera que para el año 2050 haya más de 2 mil millones de personas mayores de 60 años en todo el mundo.
En Ecuador, el incremento del 33% en la población de adultos mayores, reportado por el INEC al cierre de 2021, plantea desafíos en el acceso a servicios de salud para este grupo, dado que muchos de ellos enfrentan dificultades económicas.
Investigaciones como el proyecto SABE I y II han evidenciado la situación de los adultos mayores en la sociedad ecuatoriana, especialmente en términos de salud. El edadismo, que implica discriminación por edad, tiene impactos negativos y económicos significativos a nivel global.
Los prejuicios hacia los adultos mayores en Ecuador generan situaciones de maltrato que deben ser abordadas a través de políticas que promuevan su bienestar. La pandemia ha acentuado estas problemáticas, destacando la necesidad de un cambio de paradigma en la atención a este grupo.
La brecha digital afecta la integración de los adultos mayores en iniciativas tecnológicas. Su participación activa en programas de educación digital es crucial para mejorar su calidad de vida y su interacción con la sociedad.
Organizaciones como la Asociación Internacional de Universidades de la Tercera Edad (Aiuta) promueven la formación de adultos mayores a nivel internacional, estimulando la cognición y la participación social.
Es esencial desarrollar en Ecuador programas educativos que fomenten la educación digital en adultos mayores, involucrando a entidades académicas y de la sociedad civil. El acceso a la educación es un derecho universal que debe garantizarse para todos, sin importar la edad.