En la cancha de su complejo en Pifo, Antonio Valencia se entrega por completo al desarrollo del AV25. Ataviado con su característico buzo rojo, supervisa con atención cada entrenamiento de sus jugadores.
Después de su paso por el Querétaro de México, Valencia dio vida a un anhelado proyecto junto a su fallecido amigo Christian Bénitez. Así nació el AV25 en 2022, una idea convertida en realidad.
Desde ascender desde la división amateur hasta conquistar el campeonato de Pichincha, Valencia asumió con valentía el doble rol de director técnico para la tercera temporada del equipo.
Con la visión de consolidar el crecimiento deportivo y estructural del club, Valencia se ha propuesto sobrepasar las barreras de ascenso del fútbol ecuatoriano en un plazo de cinco años.
Más allá de sus metas en la cancha, Valencia visualiza la edificación de un centro educativo, un estadio y un complejo deportivo para el club, proyectos que ya están en fase de planificación.
El proyecto de AV25 va más allá de la competencia, buscando impulsar el crecimiento y la formación de los jóvenes, apartándolos de realidades desfavorables.
Valencia comparte historias de jóvenes beneficiados por el proyecto, quienes han hallado en el club un entorno propicio para su desarrollo personal.
A pesar de la distancia que lo separa de su familia, el apoyo incondicional de sus seres queridos, en especial de su madre, es fundamental para Valencia en su papel como entrenador y propietario del AV25.
Con el respaldo familiar y su firme determinación, el AV25 se prepara para encarar los retos deportivos que se avecinan en la Segunda Categoría de Pichincha en el año 2024.