Un hecho sin precedentes ocurrió el pasado 2 de septiembre del año actual, cuando el gobierno de EE.UU. confiscó el avión oficial del presidente de Venezuela en República Dominicana, como parte de las sanciones impuestas al país. Según reportes de CNN, la aeronave fue trasladada a Florida ese mismo día.
Funcionarios estadounidenses confirmaron este significativo evento a la cadena CNN, resaltando que "Nadie está exento de las sanciones estadounidenses, todos deben respetar la ley". Hasta el momento, no ha habido declaración oficial por parte de las autoridades.
El avión objeto de la confiscación tiene un valor aproximado de 13 millones de dólares y había permanecido en República Dominicana en los últimos meses. Aunque no se han divulgado las razones específicas detrás de esta acción, se ha mencionado "una oportunidad" para llevar a cabo la confiscación, en cooperación con las autoridades dominicanas.
Comparado con el Air Force One, este avión confiscado ha sido utilizado en múltiples visitas de Estado de Maduro a nivel internacional, representando un símbolo de poder para el régimen venezolano.
A pesar de haber confiscado automóviles lujosos en el pasado, es la primera vez que EE.UU. retira un objeto de tanta importancia y simbolismo relacionado con Venezuela.
Desde abril de 2024, Estados Unidos ha vuelto atrás parcialmente en la flexibilización de sanciones sobre el petróleo y gas venezolano, acusando a Nicolás Maduro de no cumplir compromisos electorales al impedir la participación de la candidata opositora María Corina Machado. Tras las elecciones en Venezuela en julio de 2024, EE.UU. ha mantenido una postura crítica hacia el gobierno de Maduro.
Recientemente, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, expresó su inquietud por la falta de transparencia en las elecciones venezolanas y los intentos del Tribunal Supremo por suprimir las voces de los electores. Ante esto, el Gobierno venezolano defendió su posición y rechazó las críticas de EE.UU. sobre la reelección de Maduro.