Se ha transmitido una advertencia sobre las implicaciones de compartir información biométrica con entidades externas.
Esto surge a raíz de la afluencia de personas que han hecho uso de un servicio ofrecido por una entidad privada en Ecuador.
Esta entidad ha captado la atención en las ciudades de Guayaquil y Quito por la afluencia de clientes en sus locales.
Utilizan tecnología especializada para capturar imágenes detalladas de los ojos y transformarlas en códigos únicos para fines de identificación digital.
A cambio, se ofrece una compensación en forma de bonos de una criptomoneda como parte de su propuesta comercial.
La institución pertinente ha puesto en relieve el peligro que implica este tipo de escaneos, dado que aumenta las posibilidades de robo de identidad y fraude.
Es crucial tener en cuenta que divulgar datos biométricos, como el escaneo del iris, incrementa considerablemente el riesgo de ser víctima de actividades delictivas.
Además, existen aspectos único en la fisonomía humana, como las huellas digitales y la estructura ocular, que pueden ser susceptibles a brechas en términos de seguridad informática.
El suministro de información personal a entidades como la mencionada plantea cuestiones relevantes sobre la confidencialidad y el uso futuro de dicha información.
El establecimiento en Guayaquil ha sido cerrado temporalmente por incumplimientos relacionados con los requisitos exigidos para operar legalmente.
Se prevé que la empresa restablezca sus operaciones a partir del 5 de agosto.
El creador de esta entidad es Sam Altman, reconocido por su participación en proyectos como OpenAI y la plataforma de inteligencia artificial ChatGPT.
Con presencia en diversos países, esta organización comenzó a operar en Ecuador en junio del presente año.